sábado, 14 de julio de 2007

La razón

Anoche tenía mil ideas en mi cabeza y ahora que comienzo a escribir, como siempre, todo se me torna difícil. Pensar en un nombre para este blog fue entretenido ya que por primera vez voy a utilizar un apodo que me trae buenos y tiernos recuerdos. Pepona, así me bautizó en kinder la directora de ese momento (glorioso año 88) la Hermana Dorotea. Se les llamaba peponas a las muñecas de trapo, de piernas y trenzas largas, así era yo, flaca, piernas larguiruchas, chasquilla y esas lindas trenzas que me hacía mi abuelita.Kinder, que ganas de volver el tiempo atrás, ahora que me pongo a recordar puedo sentir hasta el aroma a leche de la sala, veo las mesitas de colores donde muchas veces me apreté mis dedos jeje. Mi círculo amarillo que era el símbolo para asistencia, las colaciones en mi servilleta escocesa, cuantos yogu-yogu y requetegur me comí. La vuelta a la casa tirando lejos mis zapatos Pluma para almorzar, una odiada, en ese entonces, cazuela de mi nona, para luego descansar viendo a la Bella Genio, La Hechizada o Robotech jaja medio cambio, sip, pero era la serie favorita de mi nona, aun huelo su tecito con canela después de almuerzo... Hoy por hoy, mi mente cuestiona las vueltas de la vida, por qué las decisiones importantes deben tomarse en tan corto tiempo? El arrepentimiento dura mucho más y la pena te corroe el corazón. Refugiarme en los recuerdos sé que no es bueno pero por lo menos le da calidez a mi espíritu, me anima a esforzarme por los sueños que alguna vez tuve y pensar esta vez muy bien con el cuerpo, la mente y mi alma. La pasión la tengo sólo me falta dar el paso. Pepona... me gusta! ¿Por qué no lo utilice antes? Me han llamado de tantas formas, y nunca me han gustado los sobrenombres, yo siempre me bautizaba con nombres y apodos creados por mí, como D.J (delincuente juvenil), Lixo, ese fue plagiado, ya que era de un parche de la chaqueta de un chico que me gustó (típico comportamiento de quinceañera?); Coke, Kxorra, como ven mi mente creativa nunca se conformaba con algo, igual eran remalos mis apodos. Ah! También me llamaron Frutillita por mis pecas, Pepita ese me lo decía una compañera en el colegio, Heidi (uf!) Mi mamá me decía (me dice) Negrita, carita de muñeca jaja ese es el más vergonzoso junto con Lola’s mmm sin comentario de este último. Pues bien, las ideas fueron varias, mil veces prefiero mi nombre pero en estos casos donde puedo imaginar que no soy yo y ocultarme de mí, escapare siendo una muñeca de trapo, que a rato se vuelve brava.